Historias curiosas, fue a mediados del siglo XIX cuando la calle ferran que hoy conocemos, terminaba no en las ramblas si no en un convento y fue la idea del gobernador militar. De construir en ella una calle comercial, que hizo expropiar a las monjas. Estas se negaron y para convencerlas se uso el sutil argumento de colocar en la plaza Sant Jaume de Barcelona varias baterías del regimiento de artillería de la Maestranza. Apuntaban al convento y bajo tales argumentos las monjas decidieron acatar la orden de dejar el convento.
El arquitecto encargado del proyecto fue Josep Mas i Vila.
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