41. Los socialistas europeos venimos oponiendo con fuerza nuestra alternativa a los
errores causados por la orientación conservadora que viene padeciendo la UE.
Combatiendo el déficit de visibilidad que dificulta la comunicación del trabajo del
Parlamento Europeo, los socialdemócratas venimos invariablemente oponiendo
un relato muy distinto: nos oponemos a una reforma intergubernamental de los
Tratados que tenga como único objeto la imposición de sanciones y castigos a
los países con dificultades para ajustarse a los plazos de reducción de su déficit.
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En caso de que, finalmente, haya que abordar el debate para reformar los
tratados, deberemos hacerlo, en cambio, para los defectos con los que arrancó
nuestro euro, que está ahí para quedarse. Gobierno económico, armonización
fiscal, coordinación presupuestaria. Y ello en plazos asumibles, no de imposible
cumplimiento. Tesoro europeo, Agencia europea de deuda, ministro europeo de
finanzas, eurobonos. Recursos propios de la UE. Defensa política del euro.
Autorización al BCE para actuar como prestamista de último recurso. Impuestos
sobre los bancos, sobre las transacciones financieras y contra la especulación.
Lucha sin cuartel contra el fraude, contra la corrupción y los paraísos fiscales.
Impedimentos en todas y cada una de las escalas administrativas. A la corrupción así como facilitar la trasparencia.
Impulsar la creación de una Banca pública, con un amplio marco.
Partidos políticos, funcionarios municipales autonómicos estatales así como todos los políticos que perciban un sueldo público o de disposición publica deberán tener depositadas las cuentas, créditos, depósitos, hipotecas, tanto ellos como sus los familiares hasta el primer grado, en la banca publica
De esta forma blindando a trabajadores y políticos que tienen una vocación de servicio público. Ante la banca tradicional evitando que esta ejerza cualquier tipo de presión sobre el legislativo. Así como entorpecer la corrupción en la administración pública.
Usar la Banca pública como modelo regulador del mercado bancario interno.
Y una Agencia Europea de Calificación que ayude a romper la colusión de las
agencias más bien de descrédito que han trabajado para los especuladores.
De Daniel Pío
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